Después de *Empiezo mañana. Memorias de un procrastinador*, muchos me contasteis que os habíais sentido identificados, que os reísteis, que llorasteis un poco (o mucho), y que, sobre todo, os sentisteis menos solos. Porque sí: procrastinar puede parecer una batalla individual, pero en realidad es una experiencia compartida, profundamente humana.
Hoy, con mucha ilusión, os presento la continuación de esa historia: «Mañana será otro día». Un nuevo capítulo. Un nuevo intento. Una nueva caída. Y, por supuesto, otra oportunidad para levantarse.
No es una guía de autoayuda. Es una confesión en voz baja. Este segundo libro no da consejos. No propone métodos infalibles. No promete que vayas a cambiar tu vida mañana. Pero sí te invita a mirarte con más ternura, a entender que posponer no siempre es rendirse, y que a veces necesitamos perdernos un poco para encontrar un camino que sea verdaderamente nuestro.
¿Qué encontrarás en estas páginas?
– Reflexiones personales sobre el tiempo, el sentido y la (in)acción.
– Escenas cotidianas que todos hemos vivido en silencio.
– Humor, porque sin él este viaje sería demasiado serio.
– Y, sobre todo, verdad. Cruda, amable, irónica… pero verdad.
Una bilogía sobre el arte de no llegar a tiempo (y seguir intentándolo). Con «Mañana será otro día», se completa la bilogía iniciada con «Empiezo mañana». Juntas forman una especie de espejo: uno que no te juzga, sino que te mira y te dice “yo también”.
Gracias por estar ahí, por leerme, por acompañarme en este camino sin relojes. Y recuerda: si hoy no fue, no pasa nada. Mañana será otro día.
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